jueves, 3 de mayo de 2007

Confianza del pueblo ecuatoriano en el gobierno, sus instituciones y organizaciones

El pueblo ecuatoriano ha mostrado muy poca confianza en las instituciones de carácter civil, especialmente las que son conformadas por elección popular. Esto también sucede con las instituciones que tienen como misión velar por kla seguridad física y jurídica del país. La poca credibilidad en el aparato institucional Estatal es sinónimo de poco control por parte del mismo Estado, y que las instituciones no son de carácter impersonal y abierto, como deberían ser las buenas instituciones sociales y económicas sino que son instituciones que garantizan derechos a una élite o el grupo que esté ejerciendo el poder. Con ese tipo de instituciones un país puede volverse ingobernable. Entre 1998 y 2007 ha habido más de 10 presidentes y varios golpes de Estado, huelgas nacionales y toda clase de intentos por sabotear el orden legalmente establecido [poder de facto vs. poder de jure].

De acuerdo con CEDATOS / GALLUP International la instituición social con mayor credibilidad en los ecuatorianos es la familia, como primera institución social, ha recibido el máximo puntaje de confianza, 91%. “Confiamos en los nuestros, en nadie más”. En segundo lugar los ecuatorianos confían en la juventud, como expectativa de mejoramiento hacia el futuro y con una calificación que ha pasado del 63% al 70%, seguido del nivel de confianza en las universidades (61%). Un grupo humano que registra una considerable confianza poblacional es el de las mujeres cuyos niveles han subido del 56% al 60%. Las instituciones como La iglesia, en cambio, ha perdido puntos desde el 65% al 60%, situándose en el quinto lugar y ya no entre los tres primeros.
Los medios de comunicación tampoco tienen buenos niveles de credibilidad, y eso es porque la población cree que representan los intereses de la oligarquía y no hacen eco de las denuncias e injusticias que se reportan. El nivel de confianza se ha disminuido del 58% al 52% entre 2005 y 2006.

Las instituciones Estatales son las que gozan de menor credibilidad. Las Fuerzas Armadas cuyos niveles de confianza eran del 76% en 1995, cayeron al 54% en diciembre de 2006. Las alcaldías obtienen el 47%. La Policía Nacional que habiendo alcanzado hasta el 39% ahora registra el 23% de confianza, uno de los más bajos en el contexto latinoamericano. Otra baja apreciación registra el Tribunal Supremo Electoral, con un escaso 26% que demuestra la pobre confianza de la población en la institución que dirige los procesos democráticos a través del sufragio.El sistema judicial nunca ha superado el 30% y ahora se sitúa con el 17% de apreciación, es decir con el 83% de desconfianza.Las cifras son contundentes y lacerantes, aquellas instituciones encargadas de velar por la seguridad y la tranquilidad social (Policía y FFAA); por la justicia y por la pureza del sufragio, cada vez alcanzan menores índices de confianza de la población.

Los sindicatos son repudiados y vistos como organizaciones defensoras de intereses grupales, alejadas de los millones de empleados y subempleados desprotegidos; reciben el 14% de confianza.

Los gobiernos nacionales suelen registrar altos niveles de confianza cuando inician su mandato, pero caen drásticamente conforme avanza su gestión. El nivel promedio observado en 12 años fue del 24%, pero en ciertos casos bajaron del 68% al 7%. El último gobierno [Alfredo Palacio]inició con 54%, cayó hasta el 11% y terminó con el 23%. El actual gobierno inició con el 73% de aprobación, y habrá que ver cómo se vienen los próximos días.

Las instituciones y organizaciones políticas son quienes gozan de los menores niveles de confianza [Congreso Nacional, los legisladores y los partidos políticos]. El Parlamento a inicios de un nuevo período legislativo ha alcanzado hasta el 40%, pero con bajas constantes incontenibles. El último Congreso terminó con el 6% de confianza institucional y los diputados con el 4% de credibilidad en su palabra. El actual [desde enero de 2007]se inició con el 13%, una de las cifras más bajas para un nuevo Parlamento, y eso que no se han medido los efectos de la destitución de parlamentarios. En la última posición se sitúan los partidos políticos, los cuales nunca han superado el 10% de la confianza poblacional. El deterioro ha sido mayor en los últimos años, con un nivel de confianza que ha bajado hasta el 3%.

Se puede concluir diciendo que la poca credibilidad en las instituciones y organizaciones ecuatorianas son la muestra de la profunda crisis del sistema de gobierno representativo en el Ecuador. Esta situación afecta la gobernabilidad misma del país, Así será muy difícil garantizar una gobernabilidad armónica que apunte a resolver los problemas sociales y económicos y al progreso de la nación.Nota: este reporte se hizo con base en CEDATOS-GALLUP, http://www.cedatos.com.ec/contenido.asp?id=1721, acceso 1 de mayo de 2007.